noviembre 23, 2005

La impermanencia


El blog vivió etapas extrañas. Se transmutó, primeramente, en un ser cuántico, ritmico, con ciclos repetidos cada tantos compases, porque sí, por su propio antojo. Una fotito de un niño siguiendo a su estrella se repetía con ton y son aquí y allá.
Perdió enlaces y comentarios. Quedó girando sobre sí mismo, en un egocentrismo extremo.
Luego pasó por un transitorio estado de vacuidad de su existencia inherente.
Para volver, finalmente, a varias vidas pasadas.
Es un blog impermanente, elaborado por, como me dijo una comentadora, Nina de Chapuza. Aunque he de decir que no he sido la causante de su último estado cataléptico. Eso correspondió más bien a un impaciente, miembro indiscutido de mi familia. Los genes no se roban, se heredan.
La nueva etapa, se inicia, con un puro misterio.