junio 12, 2005

El pez frío


Resumen del cuento erótico "El pez frío", de Onogoro, autora japonesa del S.XI
El amante de la bella Hanako era un maniático de la pulcritud. Vigilaba el baño que la joven debía darse antes de hacer el amor, obligándola a refregarse con piedra pómez de pies a cabeza. Nunca la tocaba sin guantes. Hanako solía contarle sus penas a una carpa enorme, musculosa y gentil, que vivía desde hacía 40 años en el estanque de su jardín.
Una noche fue a sentarse allí, sollozando. El inmenso pez acarició su mano, que reposaba sobre el agua. Con sus fuertes labios chupó cada uno de los dedos. Hanako nunca había sentido tal sensualidad. Sin pensarlo, dejó caer un pie, luego la otra mano, el otro pie, las piernas... El potente pez le frotó su vientre, invitándola a meterse en el agua. Eso hizo y la carpa la rondaba, dándole suaves golpecillos y obligándola a abrir las piernas, introduciéndole chorros de agua en sus zonas más ardientes...

El gran pez seguió ganando terreno, mientras Hanako temblaba con un placer y sentimiento que nunca había experimentado antes con su hombre enguantado... Más tarde, los dos reposaron contentos en el lodo, bajo la mirada desprejuiciada de la luna.