abril 15, 2007

Lila

Ayer revisé cuentos viejos, a medias, sin terminar.
Uno de ellos trataba de esta niña, Lila.
Empezaba a leerlo cuando la oigo:
-Oye, tú, ¿qué clase de escritora eres que dejas abandonadas a tus criaturas?"

Tenía razón, pero en vez de disculparme, la mandé a callar.
-Tú no eres más que una ficción, un relato breve, déjame en paz.

Y pulsé para cerrar el archivo, pero el programa se colgó y ella aprovechó:
-¿Por qué me quieres sacar del medio? ¿Te crees importante?  Sólo vives en otro sueño un poco más largo que el mío. En vez de un cuento sin terminar, vives en una especie de novela también sin terminar.
-¿Estas loca, Lila? Yo vivo en un mundo real que tiene miles de años, con niños que nacen y ancianos que mueren, que no surgió de la imaginación, como el tuyo.

-Cuando  sueñas por las noches - insistió-, te lo  crees, pero al despertar te das cuenta que soñabas.Te  va a pasar lo mismo cuando te despiertes de esta novela que ahora sueñas y crees que es tu vida.

-Si sólo soy un sueño: ¿quién me sueña y quién se va a despertar?

Me interesaba esta Lila.

Entonces quería deciros: sino no me volvéis a ver, quizás es porque me desperté.
Y si me véis, quizás es porque estéis soñando.