...un ave mágica, maravillosa, que detiene su vuelo para dar propósito y esperanza al hombre ...a la que llaman pájaro de la sabiduría,
el pájaro de la libertad...
Carlos Castaneda. El conocimiento silencioso
Salto al Otro Lado
El terror.
Algo no se entrega,
donde la gran madre
en su rojo músculo,
donde el infinito.
Llega la descarga y el espasmo.
Donde retumba gigante el universo entero.
Otra descarga.
Flecha de fuego viajando hacia el horizonte.
Flecha de fuego viajando hacia el horizonte.
Otra descarga.
Un galope con su niño en las entrañas entre estrellas.
Otra descarga. Los ángeles se acercan y la besan.
Un galope con su niño en las entrañas entre estrellas.
Otra descarga. Los ángeles se acercan y la besan.
Otra descarga. La cuerda dorada el desmayo.
Fue el último día.
Foto:Priscila Rodríguez
Saco la cabeza. Respiro. Y llegan las certezas.
¿Cómo no entendí esto tan obvio mucho antes?
¿Por qué no vivo siempre así, alerta y cogida de la cuerda? ¿Cada día? ¿Cada segundo? ¿Ahora?
¿Cómo no me crezco, en el Otro Lado?
¿Por qué suelto la hermosa trenza de luz dorada?
Si puedo vivir con esta inmensidad: ¿por qué a veces me conformo con un doloroso avispero?
Puedo elegir ¿? entre vivir en la sombra o en la luz.
¿Puedo? ¿Siempre puedo?
Darme todo el sentido o perderme en el sin sentido.
La tibieza se vuelve pálida y fría.
Con manos y mandíbulas, con todo lo que soy, me agarro de la cuerda, con mi mente y mi corazón.
Y me transformo en dakini.
Y llego a la casita La que no tiene palabras. Ni pensamientos. Donde brilla la luz clara.
Saco la cabeza. Respiro. Y llegan las certezas.
¿Cómo no entendí esto tan obvio mucho antes?
¿Por qué no vivo siempre así, alerta y cogida de la cuerda? ¿Cada día? ¿Cada segundo? ¿Ahora?
¿Cómo no me crezco, en el Otro Lado?
¿Por qué suelto la hermosa trenza de luz dorada?
Si puedo vivir con esta inmensidad: ¿por qué a veces me conformo con un doloroso avispero?
Puedo elegir ¿? entre vivir en la sombra o en la luz.
¿Puedo? ¿Siempre puedo?
Darme todo el sentido o perderme en el sin sentido.
La tibieza se vuelve pálida y fría.
Con manos y mandíbulas, con todo lo que soy, me agarro de la cuerda, con mi mente y mi corazón.
Y me transformo en dakini.
Y llego a la casita La que no tiene palabras. Ni pensamientos. Donde brilla la luz clara.