mayo 13, 2010

El perdido adios


Foto Gaelx

Desde hace diez años reflexiona en cómo hallar un modo de morir rápido, indoloro y pulcro.
Pero eso, lo sabemos, es difícil.
Sin embargo, ayer casi lo consigue cuando el peso de la nieve le tiró el techo encima.
Los materiales lo rodearon como a un pequeño pájaro y la nieve lo acunó. Y se dejó ir, feliz y adormilado, recordando conciertos de Mozart y viendo a su amada muerta al fondo de una luz.
Pero llegaron los ruidosos vecinos a rescatarlo. Y encima hoy su hija, la soltera, se lo llevó a su casa, como a un bulto inútil y un poco pesado.