febrero 17, 2007

Sentimientos desencantados

Imagen de Priscila Rodríguez.



Los últimos testimonios del desencuentro fueron unas uñas menguantes y amarillentas, sucias quizás, en indolente caída sobre una marchita alfombra.
Trac trac, latigueaba la tijera. Danza macabra sobre los retorcidos pies de un hombre impávido.
Ella se alejó hacia la ventana, imbuida de desprecio.
Pero aún aullaban los lobos en su carne. Por sus despojos. Reliquias de un choque de dos especies, de un copular sin tregua, de una piel antaño complacida.
Las uñas seguían el sendero del desdén. Cayendo.
Huellas estériles en la tarde rota.
El mundo familiar se desmoronaba, hermanando la profanación
Sin remedio.
Detrás de los cristales ella vio el solitario álamo movido por el viento.
Se iría mañana. Aún no sabía adónde. Pero se iría.